Fluir generalmente significa tener lo que necesitamos para prepararnos a dar el siguiente paso en la vida. Se presenta una oportunidad y, luego, tenemos que hacer el trabajo. Mantenernos en contacto con nuestros sueños, esperanzas y necesidades ayuda a que éstos se concreten. Judith O'Connor, hipnoterapeuta de Richmond, California, cuenta la siguiente historia:
"Asistí a un seminario nocturno, cosa que normalmente no hago. Una de las últimas personas con las que hablé esa noche fue una mujer que me pidió mi tarjeta profesional. Al intercambiar tarjetas, vi que era ortokeratóloga y se especializaba en el tratamiento de los ojos. Por alguna razón, le hablé de lo frustrada que estaba por no poder leer y hasta qué punto la lectura había sido una lucha durante por lo menos quince años. Me quedé helada cuando me dijo que el problema es tratable y que era el núcleo de su práctica. Tuve la sensación inmediata de haber ido al seminario para poder encontrar a esa médica. Más adelante, noté que su tarjeta tenía como logo un ojo. ¡Yo tengo casi el mismo logo en mi tarjeta!
"Esta cuestión de no poder concentrarme y leer me frenó mucho y realmente me hizo sentir muy intimidada. Después de trabajar con ella, descubrí que mi ojo izquierdo no trabaja ni se conecta con el cerebro o sea que toda la función del cerebro derecho se ve disminuida. Esta cura me parece la pieza que faltaba en el rompecabezas a esta altura de mi vida. Casualmente, cuando la llamé para pedir turno, descubrí que las dos acabábamos de leer La Novena Revelación, lo cual me pareció otra coincidencia increíble que me ayudó a sentir que había encontrado un sanador con mi misma mentalidad."
¿Qué es lo que le causa el mayor problema en este momento? Sea muy específico. Ahora formule una pregunta que lo ayude a abordar el problema. Imagine que la pregunta está en el primer plano de su conciencia, en algún lugar de su frente. Ábrase a un signo o mensaje inmediato.
Jean Price Lewis es abogada, tiene dos hijas grandes y un estudio conocido en Marin County, California. Un fin de semana asistió a un seminario de Gary H. Craig, consultor en el área de personal. Craig preguntó: "¿Qué haría si supiera que no puede fallar?". "La pregunta me abrió todo un campo de nuevas posibilidades que nunca se me habrían ocurrido —nos contó—. Hice una lista, y puse cosas como que quería ser arquitecta, Secretaria de Estado, tener una isla tropical, ser una modelo top, hacer algún invento notable, aprender a volar, tener mi propio avión, viajar por el mundo y tener buenas ubicaciones en la entrega de los Osear." ¿Cómo le va? "Bueno, creo que la lista fue como un menú inconsciente. En realidad, recién cuando leí La Novena Revelación me di cuenta de las extrañas coincidencias que estaban ocurriendo, aparentemente como consecuencia de mi lista. Por ejemplo: conocí a un hombre que enseña a volar y conocí a otro que tiene en venta un avión. ¡No sé si estoy lista para comprarme uno todavía, pero la lista parece tener vida propia!"
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