A donde quieras...

Ayer, al llegar a casa con mi hija y mi sobrina, hacía mucho calor. Despues de un rato, mi sobrina – como buena González – me recordó lo que habia prometido: Nos íbamos a bañar en el patio. Ana se fue alegremente a su cuarto – con eso de la pubertad, ya no le gustan los juegos de niños -

Quien conoce mi historia como madre, sabe que no me detengo para hacer cosas cual vil niña (guerras de globos, pijamadas con palomitas, cargar a camachito a alguien, jugar a las escondidas, a la bebe-leche,  etc) todo lo que no pude hacer cuando era niña porque era muy amarguetas y aparte habia cosas que no se permitían en casa de mis papás  – asi que como ama y señora de mi casa, me vale mami si alguien opina que no tengo juicio a mis años, yo, disfruto como enana.

Dicho esto, nos cambiamos de ropa y puse una bañera en pleno patio – limpiecito – y la llené. Daniela entro alegremente, mientras yo me senté bajo la llave y la abrí…vieras que experiencia tan rica!! Tengo una planta de yerbabuena en la pileta..asi que al sentarme con los ojos cerrados…sintiendo el agua caer en mi cabeza…con ese olor a tierra mojada – de la maceta – y el olor a yerbabuena de fondo…fue algo riquísimo.

Fue algo muy simple….muy muy simple y sin embargo, fue algo tan relajante…con los ojos cerrados imagine que estaba en otro lugar – algo mas nice  obviamente – y por unos segundos me dejé llevar por el sonido del agua cayendo sobre mi espalda…los olores ricos de la tierra y la planta…imagine estar en un bosque, rodeada de piedras de rio, plantas, pájaros…bajo una cascada (ya sabes..como un vil comercial de shampoo) en serio me fui hasta ese lugar imaginario…..hasta que los gritos de mi sobrina me sacaron de mi ensueño…porque quería que le hiciera caso.

Porque te cuento? Bueno, como ejemplo sencillo de que no importan las circunstancias físicas y “reales” que te rodeen en el momento en el que estas…con tu mente..puedes ir literalmente a donde quieras…