Bienvenido/a...!!!!

No es casualidad que coincidamos aqui...espero que encuentres algo que te parezca beneficioso para tu vida. Esta, es mi casa virtual y tu eres mi invitado más importante.


Te darás cuenta que a pesar de no tener religión, soy una persona muy creyente y le hago publicidad al poder que cambió mi vida para siempre.


No busco clones, ni espero que todo lo que veas aqui sea de tu agrado, solo busco compartir un poco de lo que la vida me ha enseñado y como mi vida pasó de ser una pesadilla...al mas hermoso sueño que jamás imagine.


Si te gusta algo de aqui, compartelo!! Para eso es...


PD: No se que le pasa al sistema que no me deja contestar mensajes, asi que si quieres contactarme, mandame un mensaje a go.bea@hotmail.com

jueves, 6 de junio de 2013

Triste historia...

Cuando yo era pequeño me encantaban los circos, y lo que más me gustaban eran los animales… De todos ellos me llamaba la atención el elefante.
Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de su tamaño, peso y fuerza descomunal… Pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas atada a una pequeña estaca clavada en el suelo.
Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra.
Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir.
El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye? Pregunté a maestros, padres, tíos… por el misterio del elefante; pero la única respuesta que obtuve es que no escapaba porque estaba amaestrado.
Hice entonces la pregunta obvia: “-Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?“. No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.
Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca… Y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.
Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: El elefante del circo no se escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde muy, muy pequeño.
Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.
Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró, sudó, tratando de soltarse.
Y a pesar de todo su esfuerzo, no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado, y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía…
Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no se escapa porque cree -pobre- que NO PUEDE.
Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás… jamás… intentó poner a prueba su fuerza otra vez…“.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.